El otro día me levanté con ganas de ir a San Miguel de Allende. Me encantaría volver, pero no lo hago en este momento porque no puedo sólo un día despertar e irme a donde quiera... Hay quienes dirán que sí, que es facilísimo, pero no, no para todos es tan sencillo hacerlo.

La cuestión es que me puse a recordar los lugares que me gustaría visitar nuevamente, desde rincones en la CDMX hasta otros estados. Porque es muy padre conocer nuevos espacios, pero es más padre conocerlos y volver después de algunos años.

Yo quiero regresar a Las Estacas, a Comitán, a Oaxaca, a Mineral del Chico, a Guadalajara, a San Cristóbal de las Casas, a Isla Mujeres, a La Venta, al Desierto de los Leones, al Cosmovitral, al Cerro del Tepozteco, a Avándaro... Y la lista sigue y sigue porque cuando era pequeña conocí muchos lugares de los que ya casi no tengo recuerdos.

Y es que volver a un lugar que te marcó es toda una experiencia: no sólo notas el pasar de los años, la explosión demográfica en algunos casos o el triste deterioro en algunos otros, sino que también lo vives de forma distinta porque ya no eres la misma persona.

Tal vez lo que en algún punto te asombró, hoy no te parezca más que insignificante. Quizás lo que en ese entonces pasó desapercibido, hoy sea el detalle que más llame tu atención.

Por lo pronto, mientras consigo volver a los sitios de mi lista, pude visitar de nuevo la Pérgola Ixca Cienfuegos. Y sí, aunque está en Polanco y es sumamente accesible para mí, tuvieron que pasar un par de años antes de que pudiera pararme bajo este colorido homenaje a Carlos Fuentes.

Ahora es tu turno: cuéntame a qué lugares te gustaría volver 😉