Grutas de la Estrella: estalagmita la imaginación

4.8.14

¿Qué pensarías si te platico de un lugar que te ofrece una bella vista, una experiencia y, además, te permite estimular la imaginación? El lugar existe, y se encuentra en el Estado de México, a poco más de 10 km del pueblo de Tonatico: las Grutas de la Estrella.






Vamos a un paisaje completamente opuesto a la vista urbana e industrial que se acostumbra en la Ciudad de México. Estalagmita tu imaginación. Sí, estalagmita, como esas formaciones rocosas que sobresalen del techo en las cuevas. ¿Por qué? Porque estalagmita me suena al imperativo del ficticio verbo estalagmar. ¿A poco no? Permite que estas rocas entren en tu mente y jueguen con ella. Eso, estalagmita tu imaginación.

Imaginar es una actividad que cualquier ser humano puede realizar, en tanto se lo permita. La imaginación es fuente inagotable de fantasía, sueños y objetivos, pero también lo es de temores, angustias y catástrofes. Immanuel Kant dijo: “En las tinieblas la imaginación trabaja más activamente que en plena luz”, por lo que no hay mejor lugar para poner a trabajar nuestra mente que una cueva o, en este caso, unas grutas.

Llegamos a poco más de 100 metros bajo el suelo. En las Grutas de la Estrella verás  cómo las estalactitas y estalagmitas se mezclan para conformar increíbles estructuras que se ostentan a tu alrededor como palacios de roca milenaria. Sus columnas de estalagmatos se erigen como escalofriantes gigantes que custodian las más diversas formas. ¡A la derecha hay una pareja de novios! ¿Ya viste el Santa Claus y a los tres Reyes Magos? ¡Ese de ahí es un monstruo! Déjame decirte que tienes 2 km de recorrido para, como yo, poner a prueba tu mente y dejarte ir con el juego de luces y sombras creado en cada salón.




La imaginación es un proceso que involucra la asociación y reproducción, por lo que es probable que algunas formas que encuentres ya hayan sido bautizadas por alguien más. Figúrate: mi feroz dragón que sobresalía de una esquina, en lo alto de la cueva, resultó ser un rinoceronte. Pero no es para espantarse; todos contamos con experiencias previas distintas y atribuiremos significados diversos a una misma figura, de tal forma que donde alguien vio un simple león, tú puedes ver un grifo. Echa a volar tu imaginación con ayuda de los sonidos, la temperatura, los olores y hasta los colores de las paredes.

Las Grutas de la Estrella son hermanas de las Grutas de Cacahuamilpa, en Guerrero, pues están conectadas por un río subterráneo que puedes recorrer en compañía de un guía y el equipo adecuado, todo por 200 pesos. Si eres un atrevido y fanático del turismo de aventura, entonces baja a rapel por un costado de las grutas, recorre el río, convive con las 3 especies de murciélagos que allí habitan y sal airoso del recorrido. No necesitas experiencia, sólo te la tienes que creer.

Por otro lado, si como yo, disfrutas de la vida pero debes encarar fobias cada día, la mejor opción es que tomes este paseo como un reto. Una forma de vencer los miedos es enfrentarlos. ¿Acrofobia? Pasemos por el puente colgante del principio. ¿Claustrofobia? Disfrutemos el recorrido de aproximadamente 1 hora con pensamientos agradables en la mente. ¿Nictofobia? La oscuridad total que inunda los salones si se apagan las luces nos permite estar solo con nuestros pensamientos. Te sorprenderías de lo increíblemente sencillo que es deshacerse del temor. Total, si no superas los miedos, al menos los olvidas. Es cuestión de actitud.



Al fin y al cabo, las grutas son las arrugas de nuestra Tierra. Son marcas que atestiguan su edad y en ellas podemos encontrar las formas del pasado, el presente y ¿por qué no? del futuro. Por 20 pesos de cuota en la entrada, conocerás una parte del milenario mundo subterráneo del Estado de México. Asómbrate y deléitate en él. Es cuestión de imaginar.


Fotos por Miguel Martínez | Twitter | Instagram

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